Supongo que a muchos os habrá pasado. Hoy he tenido uno de esos días en los que antes de irte a dormir te das cuenta de que realmente no has aprovechado el día en absoluto. Una pena. Tan sólo he limpiado la casa (cual maruja), no he parado de comer (esto es lo que peor llevo) y me he visto unos 12 capítulos de Mujeres Desesperadas... serie que entretiene pero tampoco invita mucho al optimismo. La única alegría, la victoria del Athletic que tampoco puedo celebrar mucho en compañía de los amigos y con quien podría aquí, es de la Real así que con eso lo digo todo... Faltan los resultados de las elecciones, y creo que a esta hora, en Bilbao sigue la historia igual.

Al menos he dedicado unos minutillos a pensar en qué puedo hacer la semana que viene en mi tiempo libre (que no es mucho). Decidido, ver más películas. De momento empezaré por "Teléfono Rojo, ¿Volamos hacia Moscú?", mañana mismo... o no

El sábado por la noche, fui a al bar que da título al post de hoy y al que no iba desde hace meses. Lo echaba en falta. El caso es que si vas un poco tarde, hay una cola que te quita las ganas de esperar, pero esta vez fuimos antes y no hubo problema.

Cual fue mi sorpresa al entrar y ver que lo habían remodelado...básicamente lo han hecho más amplio. Por un lado mejor porque hay más sitio, pero para ello lo que han hecho es quitar unos bancos que venían bien para sentarse alguna vez a charlar y eso... Lo mejor de todo, que la música no defraudó, pusieron entre otros, Ramones, The Cure, Franz Ferdinand, etc. Disfruté un montón. Además, seguido fuimos al mítico "Kafé Antzokia", y ahí continuó la fiesta. Lo que tiene este último bar es que según el día que tenga el DJ lo mismo te pone salsa, que electrónica (música que a mi me cansa bastante), que rock como ayer... me lo pasé en grande, pero por supuesto también gracias a mis amigas, ¡ya me reí!

Lo dicho, por si algún día pasáis por Bilbao, quedaros con los dos nombres que he comentado, están ambos por la zona de Jardines de Albia. ¡Ah! Otros datos también importantes: No hay que pagar entrada, los cubatas son en vaso ancho, te lo remueven y por unos 6 euros...¡que más se puede pedir hoy en día!

Por cierto...no tiene mucho que ver pero mientras escribo este post, estoy viendo "Kiss Tv", y ahora mismo han puesto a La Oreja de Van Gogh. Ahora resulta que esta tía va de pseudo-gótica por la vida (lo digo por sus atuendos). Sí es que nunca la he tragado. Lo siento por sus admiradores.

El tiempo pasa más rápido de lo que parece y de nuevo se acercan las elecciones municipales. Hoy he ido a Correos para solicitar los papeles que me permitan ejercer mi derecho a voto. Tiene gracia, me he sentido una total "extranjera". ¿Nervios? Ninguno. El caso es que un año más se presenta el alcalde actual, Iñaki Azkuna, y un año más ganará porque cuenta con el voto incondicional de los mayores, que además de por tradición, confían en que dejará Bilbao más bonito...si cabe. Eso está bien, es cierto que Bilbao ha cambiado a mejor, pero en aspecto (y como suele decirse , lo importante es el interior). Sinceramente, llega un momento en que los jóvenes queremos otras cosas, está claro que menos importantes, como por ejemplo trabajo, facillidades para adquirir una vivenda (no pido ya ni que sea digna)...


Esta tarde me he tirado hablando casi 4 horas con Ana. Todo se lo debo por supuesto a Internet: Messenger, una web cam, un cafecito y como si la tuviese en casa. Lleva casi 2 años en Noruega así que son pocos las veces que podemos vernos. Es genial poder hablar con alguien en tiempo real con tantos kilometros de por medio (hasta he podido ver su casa y ella la mía...y mi terraza).

Además de ponernos al día, nos hemos pasado fotos de viejos tiempos entre las que se encontraba ésta. La he elegido porque muestra perfectamente cómo es Ana (a mí no me hace justicia pero el fin justifica os medios).

En fin Anilla, este post va por tí! (Quién sabe, con la de gente que lee mi blog igual te hago famosa y llegas a conocer a Keanu Reeves, o el representante de Pearl Jam te llama para decirte que quieren tocar en exclusiva para ti...).

Una vez leí un post sobre las 5 manías de su autor y me pareció una buena idea así que he decidido copiarla. Aquí están (espero no arrepentirme de esto):

1ª El orden (aplicable tanto en casa como en el trabajo).
Soy una repelente. Hay por ahí gente que dice que soy como Mónica (sí, la neurótica de Friends) aunque yo no creo que sea para tanto... Respeto el "orden" del resto de la gente , eso sí, siempre que se respeto el Mío. De lo contrario, puede provocar estrés y eso si que no es nada bueno.

2ª No puedo dejar un armario abierto. Si estoy viendo la tele y hay alguna puerta de armario abierta o cajón, me levanto a cerrarlo. No sé, me molesta que se quede abierto.¿Tan difícil es cerrarlo?

3ª Necesito un reloj en la muñeca, aunque acabe mirando la hora en el móvil, o preguntándosela a alguien. He llegado a llevar un reloj parado porque no tenía otro. Lo sé, sin comentarios

4ª Mirarme en el espejo antes de salir de casa. En Bilbao tenía más sentido porque me veía de cuerpo entero pero en esta casa me tengo que conformar con un plano americano. C'est la vie.

5ª Cuando empiezo una peli (que me interesa), tengo que acabarla... eso de verla por capítulos no va conmigo.

También me ocurre otra cosa y es que cada vez que veo a Fernando Alonso en la tele, tengo que cambiar de canal, pero no estoy segura de si es manía o acto reflejo.

Y casi que lo dejo ya porque no quiero descubrir mi faceta de Jack Nicholson
.


Hoy he ido a ver "Espinete no existe". Más bien, me han llevado por sorpresa, ojos cerrados incluidos (creo que el de la entrada todavía se está partiendo de risa), aunque he de decir que el chupa-chups que dan al entrar junto con las canciones de David el gnomo y la abeja Maya (entre otros Top 10) de fondo me han hecho sospechar.

Esta comedia te hace vajar en el tiempo y volver a los más o menos 8 años. Todos hemos recibido el mítico mail de la gran generación de los 80 en el que te hablan de dibujos, programas de TV, juguetes de la época... pero este "monólogo" de 80 minutos mezcla la nostalgia con el humor. Total, que no he parado de reirme recordando lo "guay" que era tener lo último en material escolar, la merienda a base de bocatas de ¿mortadela?, la comida de las madres, los payasos de la tele, las chucherías... Eso sí, le ha faltado hablar del clásico "Los Goonies".

No es una obra para estar comentándola después (más bien te hace que intentes acordarte de más anécdotas), ni tiene un fin filosófico o transcendental pero si que entretiene y te deja un buen sabor de boca...y también malo, pensando en lo mayores que nos vamos haciendo y cómo ha ido quedando atrás la inocencia que en muchas ocasiones, por lo menos a mí, me gustaría recuperar.

Una de las cosas que me gustó del piso en el que vivo de alquiler desde agosto 2006 junto con "mi santo" (quiere que le denomine así para preservar su intimidad y llevar yo sola el peso de la fama...¡¡¡tengo censura en mi propio blog!!!) fue la pedazo de terraza que tiene. Soy bilbaína pero no exagero al decir que es casi tan grande como el resto de la casa, cuyos "metros habitables" nos son muchos, está claro, pero que, cuando empiezan las temperaturas "agradables", crecen... Todavía recuerdo cuando hablaba con mis amigos y me preguntaban por el piso "nuevo". Al principio todo es maravilloso, la casa te parece más grande de lo que es en realidad y si no, pones como excusa la terraza que tiene y todo arreglado.

El problema llega en octubre-noviembre. Sí, para los pesimistas también hay versión... los metros se reducen a la mitad. Se acaba el salir a tomar el aire, el tirante...rectifico, el tirante sigue, pero dentro de casa con la calefacción central a tope. Pero como todo ciclo, éste también llega a su fin.

Hace aproximadamente un mes hubo una pseudo-inauguración de la temporada de terraza, pero dos días después volvieron el frío y las lluvias. De hecho, la realidad fue que hubo un par de días seguidos con sol y no pudimos evitar salir aunque fuese con un jersey.

Pero definitivamente hoy, ¡se ha abierto la veda! Parece que el tiempo empieza a estabilizarse así que, cena (estilo vamos a intentar imitar las tapas y/o raciones del bar de abajo), unas cervecitas, charlas agradables y a comentarlo en este post. Para que luego digan por ahí que no escribo...


Tengo el gran privilegio de vivir frente a la Plaza del 2 de mayo en Madrid, protagonista de altercados recientes.

El martes salimos a cenar unos amigos por la zona a las 10 de la noche y la plaza ya estaba tomada por la policía local mientras la gente se concentraba tranquilamente en las estrechas calles que la rodean, haciendo botellón. Esto tiene gracia por dos motivos: El primero es que no se puede beber en la plaza ¿pero en las calles sí? y el segundo es que según un artículo de la Ley "X" se supone que en días de feria o fiestas patronales, si que está permitido beber en la calle ¿pero en la plaza no?

En fin, el caso es que ya hacia las 3 de la madrugada, el ambiente ya era distinto. Se comenzaban a lanzar las primeras botellas (ya vacías) al aire, patadas a los contenedores (nunca he entendido ésto)... estaba claro que en breve iba a comenzar la lucha por el terreno arrebatado.

Evidentemente salimos de ahí para que no nos pillase en medio, dando una vuelta a la manzana para acceder al portal. Poco después de 5 minutos empezó la batalla. Consecuencia: 68 heridos y 15 detenidos. Resultado: ninguno


 

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