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Típico plan de domingo cuando te quedas en casa... La sesión ha empezado con 'Mar adentro', película que tenía pendiente de ver por considerarla demasiado triste. La trama ya se sabe cual es, pero la forma en que la trata Amenábar no deja de sorprender. No me meto en si los actores son buenos o no, pero sí en cómo el director nos hace sentir de cerca el drama, nos muestra los sentimientos y anhelos tanto del protagonista que quiere dejar de vivir por estar muerto en vida, como de los que le rodean, que se debaten entre respetar su decisión y por supuesto, no perderle. Todavía tengo los ojos hinchados de llorar desde el minuto 35 del film, por no mencionar la congoja que me ha entrado con la frase del padre (caracterizado como un hombre entrañable) 'sólo hay una cosa peor que se te muera un hijo y es que quiera morirse'.

Después hemos visto el documental, también estrenado hace tiempo, 'Cineastas contra magnates'. Reportaje en el que la narradora (por llamarla de alguna manera) no tiene precio... directamente sobra. Pero resulta interesante escuchar a los pobres directores cómo se sienten tras ver pervertidas sus películas para ajustarlas al mundo de la TV, que meten anuncios en medio o creen que dándo color van a conseguir mayor audiencia, e incluso del propio cine en el que para conseguir incrementar el número de sesiones seguidas, eliminan trozos intermedios de las películas para acortan su duración. Muestran además diversos ejemplos muy claros (y muy fuertes) del problema. Estoy a la espera de ver la segunda parte.

Para terminar voy a ver 'Un funeral de muerte' con la esperanza de que me anime un poco el día y ocupe mi cabeza al irme a dormir... porque si no, entre Amenábar y las injusticias del cine (por no mencionar a la narradora) no voy a pegar ojo.

Tengo el blog bastante abandonado, para variar lo sé, pero he tenido un par de semanas un poco 'duras' en temas personales: familia, salud... largo de contar (aunque al menos pude hacer una escapadita a Segovia con unos amigos y desconectar). Y encima la semana que viene me tengo que ir a un curso en Cercedilla (¿por qué?), y dormir allí, cuando resulta que el lunes al fin nos traen un colchon nuevo que hemos comprado (si es por la casera me seguiría haciendo acupuntura con los muelles del colchón ....). ¡Ah! y por si fuera poco, mañana tengo mi despedida del curro anterior, si si en mi honor, y como estoy con medicación no puedo beber tampoco...por no decir que no debería asistir.
¿Acaso me ha mirado un tuerto?

¡¡¡¡$&jjj%jj$&rr%$#@@#&%!!!! Esto es lo que se me ha estado viniendo a la cabeza durante las 4 horas que he estado intentando conseguir entradas para su concierto. Vía internet o vía telefónica, ha sido imposible conseguir nada. Todo estaba colgado o colapsado. Eso sí, mal de muchos... resulta que hasta El País ha escrito un artículo preguntando quién coño ha conseguido una. En serio, no me puedo creer que se hayan agotado y que nadie de mi entorno, ni siquiera conocidos de conocidos de amigos, las haya conseguido. Ha sido, en mi opinión, una auténtica vergüenza. Os pongo lo que dice el artículo:

'Pese a que, según testimonios recabados por este periódico, el teléfono de la empresa que las vendía (Tick Tack Ticket) comunicaba continuamente, a que su web ha permanecido caída toda la mañana y a que en los puntos de venta -Carrefour y Fnac- tampoco funcionaba el sistema informático, ya no quedan localidades. [...] Por su parte, Tick Tack Ticket se defiende afirmando que el colapso "es normal en este tipo de eventos" y que "sólo ha durado tres cuartos de hora".'

Lo que más me jode es que en breve los aficionados a la reventa empezarán a poner sus anuncios por internet para sacar pasta, y a los que verdaderamente queremos ir al concierto sólo nos queda 2 opciones: Acordarnos de su familia mientras juramos en arameo o pagar un dineral. Miento, queda una tercera opción... pegar fuego a las oficinas de Tick Tack Ticket (si es que tienen)