El caso es que así fue, salió mal. Eso sí, nunca imaginé que la causa sería una caída de un cocotero... ¡Cada vez que lo pienso! Me llamaron para contármelo y hasta que no leí la noticia creí que era una broma incluso divertida.
Parece ser que, después de pedir disculpas, van a intentarlo de nuevo en el 2007... ¡¡¡y yo con ellos!!! Por el momento no han salido a la venta las entradas pero cuando lo hagan, movilizaré a todos mis contactos para acabar con dos en mis manos.
En fin, ¡deseadme suerte! Tengo cuatro sitios dónde apostar (El Ejido, Barcelona, Donostia y Madrid) y dicen que a la tercera va la vencida.
Cuando me levanto suelo ser una persona bastante tranquila (en parte porque aún no he conectado la neurona) pero el meterme bajo tierra ya empieza a ponerme las pilas. Es tan sencillo como seguir la ley por la que todos se rigen una vez que llegan al andén: "Tonto el último".
Esto lo descubrí los primeros días (sí, era igual que Paco Martínez Soria, recién llegada del pueblo) que tuve que usar este medio de transporte. Estaba lista para salir en mi parada cuando oigo cómo una madre le dice a su hija "Cariño, ahora tienes que correr porque sino te van a aplastar". Triste, pero totalmente cierto... Además tengo que decir, que toda esa gente, con el estrés acumulado por tener que ser el primero en salir a la calle, saca lo peor de sí (por no creer que en realidad es que son así) y reacciona con un "quítate del medio" en lugar de "¿me deja pasar por favor?"
Por supuesto, el gran día de suerte, es cuando justo acaba de pasar un metro y viene otro pisándole los talones...puedo sacar el libro del bolso y lo que es mejor...¡abrirlo!
Evidentemente, en el metro me han ocurrido infinidad de anécdotas, imposible de resumir ahora, eso sí, ninguna es parecida a..."una vez el metro iba vacío".
Dentro de poco van a tener que usar el método japones para meternos en los vagones...o sino siempre tengo el recurso de buscarme un trabajo al lado de casa.
Hoy para mí ha sido un día normal (trabajo y a casa) salvo por el hecho de que mi bandeja de entrada ha estado llena de mails felicitándome el día. Y es que hoy es el Día Internacional de la mujer trabajadora y no podía pasarlo por alto.
Es verdad que nos ha costado mucho conseguir las cosas que hemos conseguido (gracias a las que lo hicieron ya que yo me lo he encontrado todo hecho). Eso sí, aún nos queda, no hay que conformarse. En muchos paises aún la mujer sigue siendo un cero a la izquierda, pero hoy han salido a la calle para reclamar sus derechos: poder hablar, poder casarse con quién deseen y no con quien le impongan, poder trabajar...
Por las que ya no están por intentar ser libres, por las que lo están intentando y en definitiva por todas, va este post: ¡Feliz día!
¿Quién me lo iba a decir? Fui por primera en vez este verano de vacaciones con mi "compañero de piso" (me encantan estos términos modernos). Casi falla el plan debido al contratiempo (putada) en el aeropuerto del Prat que nos obligó a ir en autobús (8 horas nocturnas de trayecto en un medio de transporte que no invita precisamente a dormir, sí que no tienen precio). Estuvo muy bien, nos dio tiempo a todo: tomar el sol, ver la ciudad y salir, solos y acompañados por sus amigos a los que aprovecho para agradecer su hospitalidad.
Esta vez es distinto. Hace apenas dos semanas un amiga se fue allí a buscarse la vida. Al principio todos sabemos que es más duro y hay que dar un poco de apoyo moral. Por no hablar de las ganas que tenemos de estar con ella por allí de fiesta, claro!
Lo dicho... Cris, Barcelona, ¡en unos días llegamos! Espero que no sea cierto eso de "segundas partes nunca fueron buenas".
Tampoco soy ningún portento escribiendo pero... ¿y qué? No pretendo escribir un libro.Como véis, el que no se consuela es porque no quiere.
Por supuesto estáis todos invitados a participar, de hecho agradecería vuestras opiniones y/o críticas constructivas para mejorar.
Puestos a ser positivos, espero que éste sea el primero de una sucesión de posts interesantes (me conformo con que haya una sucesión), y que os resulten tan entretenidos como a mí al escribirlos.